XI Dom T.O. C - Guantanamo



Simón, tengo algo que decirte.  
Lucas 7:40


Las antiquísimas culturas del continente africano son consideradas, a veces, propensas a la guerra, por los diversos conflictos de interés que pueda haber.  Sin embargo, sorpresa para muchos, son prontas para reconciliarse.[1]  Sin intervención extranjera, las naciones africanas son rápidas para transformar el enemigo de ayer en el aliado actual.  El rencor perjudica a todos, y la transformación de espadas en arados es costumbre sagrada. 

Las naciones modernas, más recientes en sus tradiciones, tienen mucho que aprender del continente originario.  La rivalidad perpetua es una herencia ruinosa.  La obligación del odio, el temor y la venganza que se traspasa de generación a generación es la soga al cuello de todos.  Uno podría cuestionar la guerra en sí, como un medio éticamente aceptable para proceder en la resolución de conflictos.  Pero sin entrar en eso, es evidente que la enemistad milenaria de un pueblo para otro no es provechosa para ninguno.  Entonces, cuando se fomenta, hay que hacerse la pregunta, ¿qué está pasando?  ¿A quién le conviene esto?

Con eso, llegamos inocentemente a la bahía de Guantánamo, donde el verso del poeta es un ciervo herido que busca, en el monte, amparo.  Primera pregunta, ¿por qué hay una base militar de una superpotencia en el territorio soberano de un pequeño país vecino?  Gran Bretaña entregó Hong Kong al imperio chinés en 1999, con todo lo que eso significó.  ¿Por qué no se ha podido entregar Guantánamo a sus dueños legítimos?  ¿Cómo se sentiría el gigante egoísta si hubiera una base militar extranjera incrustada en California?  Es una provocación, claramente.

Y ahora, Simón, tengo algo que decirte.  Si utilizas ese espacio para la continuada abominación de secuestro, tortura y detención indefinida sin amparo de ley alguna para las personas que arbitrariamente has designado como tus enemigos, en el día del juicio, no tendrás dónde esconderte.  La ventaja estratégica es insignificante, y te ha costado tu honor.  Por ese hecho (y otros semejantes) tu discurso de paz, libertad y justicia te ha hecho un modelo de la hipocresía.  Has creado muchos enemigos, Simón, donde antes no había. 

Como Guantánamo, hay otros lugares más secretos donde hombres secuestrados son apresados y retenidos durante años sin saber porqué, sin poder conocer las acusaciones en su contra ni defenderse, y sin poder comunicarse con sus familias.[2]  Y eso es consecuencia de una política exterior agresiva, establecida durante el período inmediatamente posterior a los acontecimientos del once de septiembre de 2001.  Fueron días de miedos y locuras.  Los políticos se aprovecharon de vengarse con quienes estuviera a mano, para ser populares. 

Los ataques de 9/11 nunca fueron correctamente investigados.[3]  No hay ninguna explicación de porqué cayó el edificio 7, en Nueva York.  No se sabe por qué no se encontraron fragmentos del avión que chocó contra el Pentágono.  Sin embargo, hay hombres prisioneros más de diez años, sometidos a “técnicas avanzadas de interrogación”, por su presumida participación desde los rincones más remotos del planeta.  Es rebuscado. 

La tortura, física y psicológica, no tiene justificación alguna; ni moral, ni legal, ni estratégica.  La información obtenida por medio de la tortura es notablemente errada.  La víctima se quiebra eventualmente, y dice lo que su torturador quiera escuchar.  Se enseñaba la tortura durante un tiempo, en Fort Benning; pero hoy en día, los torturadores se informan sobre las técnicas para hacer sufrir inhumanamente a sus hermanos mirando programas de televisión.[4]  La tortura se usa para someter y asustar, no para resolver casos militares ni policiales. 

Muchos de los prisioneros en Guantánamo (y otros lugares más secretos) fueron denunciados y entregados a cambio de dinero.  Se pagó cinco mil dólares a quienes se ofrecieran para denunciar a un vecino, cuñado o compañero.[5]  El denunciante no tenía que comprobar ni justificar su acusación.  Sólo tenía que llevarse su dinero.  Fue una gran oportunidad para deshacerse de rivales políticos, económicos y amorosos.  Estas personas no han sido devueltas a sus casas porque no se ha podido determinar quiénes son.  Viven en un limbo legal.  Muchos han sido teóricamente autorizados para volver a sus casas, pero aun así, tienen poca esperanza de realmente recuperar su libertad.[6]  Se presumen culpables hasta comprobar su inocencia.  Este procedimiento nocivamente paradójico se ve sin esperanzas de acabar en el futuro próximo.[7]

Este atentado a la dignidad humana es indefendible.  La vinculación con la seguridad nacional o internacional es una fantasía.  ¿A quién le conviene esto?  ¿Por qué continua así?  El gobierno actual prometió acabar con esta injusticia.  Ya van cinco años y no pasa nada.  La arrogancia prolongada no resuelva los conflictos entre las naciones.  Al contrario, los complica más.  Son semillas de odio que dan sus frutos venenosos a través del tiempo.  Son heridas infectadas que ponen en peligro la salud del cuerpo entero.  

No puedo imaginar que los responsables no sepan eso.  Entonces, ¿cuál es la idea?  ¿Será que existan personas que lucran con los conflictos milenarios?  ¿Habrá gente que gane dinero cuando las enemistades son heredados de generación en generación?  ¿Existen personas dispuestas a provocar guerras para hacerse ricos?  George Orwell se imaginaba este mundo que necesitaba enemistades internacionales y guerras para poderse sustentar.  ¿Será que ya llegó?

Simón, tengo algo que decirte.  La fibra moral del planeta está en juego.  La paz para los hijos de tus hijos está en la balanza.  Es hora de aprender de los ancestros africanos.  Transformar los enemigos en amigos es oro puro.  La reconciliación es el tesoro de los siglos.  El perdón es el mejor negocio.  El amor es más fuerte que la muerte porque crea lazos que comprometen para el futuro. 

Nathan Stone sj


[1] Cf. Africa & Africans by Paul Bohannan and Philip Curtin, 4th edition, 1995, Waveland Press, Illinois, USA
[2] Cf. http://en.wikipedia.org/wiki/Extraordinary_rendition_by_the_United_States, sobre “rendición extraordinaria”, y cf. también http://en.wikipedia.org/wiki/Guantanamo_Bay_detention_camp,
[3] Se gastó más dinero investigando la vida sexual de Bill Clinton.  Aparentemente, nadie quiere saber qué pasó septiembre de 2001.  Cf. http://www.cnn.com/ALLPOLITICS/stories/1999/04/01/counsel.probe.costs/. Y cf. Burger, Timothy J. (March 26, 2003). "Commission Funding Woes". Time Magazine.
[4] Cf. School of the Americas. http://www.informationclearinghouse.info/article13436.htm. Soldados acusados de torturar en Abu Ghraib reconocieron haberse informado por la serie, “24”.  http://www.ethicsscoreboard.com/list/24.html
[5] Scott Horton, "Law School Study Finds Evidence Of Cover-Up After Three Alleged Suicides At Guantanamo in 2006", Huffington Post, 7 December 2009.
[6] Carter, Jimmy (24th June 2012). "America's Shameful Human Rights Record".The New York Times.
[7] Charles C. Krulak and Joseph P. Hoar (12 December 2011). "Guantánamo Forever?". The New York Times

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