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Ocho formas de presencia eucarística de Cristo


1. Está presente en la celebración, es decir en el rito, realizado en nombre de Jesús, por los representantes de la comunidad (obispos, presbíteros, celebrantes). El rito es presencia actuante, y en ella se incluye el “mito”, es decir, la narración que evoca el sentido de esa presencia. Un rito que no hace presente aquello que evoca está muerto… Un rito no se puede razonar, demostrar. Si se razona y explica no es rito, es otra cosa. Desde el principio de la humanidad existen ritos de diverso tipo, especialmente sacrificios en los que expresa lo sagrado (sacrum-fácere), en los que se hace presente Dios. Dios no es alguien a quien se demuestra, sino alguien a quien se hace presente, al evocarle y al llamarle, en gestos (ritos).
2. Está presente en la palabra, de llamada, de diálogo y consuelo, e revelación, es decir, en eso que se ha llamado desde el antiguo el “mito”, que es la palabra original en la que se cuenta la acción-presencia de Dios… Éste es la palaba que hace presente lo que dice. La verdadera palabra no deja lo dicho fuera, lejos, sino que lo acerca, lo hace presente. La palabra dice lo que parecía estar lejos, el que encuentra las palabras de Dios, ése lo hace presente. Ésta es la novedad cristiana: Jesús se atreve a hablar y habla en nombre de Dios, al prometer y al curar, al anunciar el Reino y al ir regalando su vida al servicio del Reino. La Presencia originaria de Dios se hace Palabra que los hombres pueden escuchar, que siguen escuchando a través del Evangelio.
3. El Dios de Jesús está presente en la Palabra de la comunidad, es decir, en la Palabra activa que asume el recuerdo de Jesús y que se compromete a vivir conforme a ese recuerdo. En ese sentido, la comunidad puede asumir y asume la palabra de Jesús, hablando en su nombre, diciendo su nombre “esto es mi cuerpo”. La comunidad de los creyentes “dice” por tanto la palabra de Dios, es Dios hecho palabra, es decir comunicación… Esa misma palabra (memorial: Esto es mi cuerpo) es la presencia, como certeza, como llamada, como participación. El mismo gesto (rito) de la comunidad que se reúne, que recuerda a Jesús, dice su Palabra, y toma en nombre el pan y el vino es Presencia de Dios. La presencia más honda en esta línea es el rito (es decir, la celebración), centrado en el pan y el vino… como signo del recuerdo-presencia de Jesús.
4. Está presente en el pan y el vino consagrados, es decir, en las “especies eucarísticas”, que son dos signos básicos de la vida humana, vinculados a la comida compartía y la fiesta, en el ámbito mediterráneo en el que vivió Jesús y nació el cristianismo. La disputa teológica medieval y posterior sobre la Eucaristía (de la que hablaré mañana o pasado) se ha centrado en estos signos, insistiendo en la necesidad de que el pan sea pan y el vino sea vino… distinguiendo accidentes, substancia y transubstanciación, ha sido y es muy importante, pero no puede monopolizar el tema. Esa presencia “en las especies sacramentales” resulta esencial, pero no se puede separar de las otras presencias.
5. Está presente en los pobres y necesitados, en la línea de Mt 25, 31-46… y de las multiplicaciones (alimentaciones) de los evangelios. No se puede hablar de presencia en el rito y la palabra, en la celebración y en la comunidad… si no se pone de relieve la especial presencia de Cristo en los necesitados y los pobres, con los que hace el camino de la vida, en búsqueda de Reino. Si la comida no es comida abierta a los pobres no puede ser comida eucarística.
6. Está presente en los “viatores”, es decir, en los caminantes de la vida. En ese sentido, la Eucaristía es Viático, para el camino de la Vida, para la Resurrección. En esa línea, desde el principio (ya en san Pablo) la eucaristía está vinculada de un modo especial con los enfermos, y aparece como garantía de vida, en este mundo y sobre todo en la culminación del Reino. En ese sentido (repito), le Eucaristía es viático, es pan de camino, es gesto de entrega hasta la muerte.
7. Cristo está presente en el conjunto de la Iglesia y de un modo especial en los que ayudan a los pobres, en los que dan de comer..., Le Eucaristía es un compromiso de de presencia y transformación humana, para que crezca el Cuerpo de Cristo… Está presente en la comunidad que se ama, es decir, que comparte la vida (allí donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, estoy yo….; en esto conocerán que sois mis discípulos, en que os amáis unos a otros). En ese sentido, la Eucaristía es el alma de la Iglesia, la forma de presencia de Cristo en la comunidad de sus discípulos y seguidores y, por ellos, en la humanidad entera, que es cuerpo del Mesías.
8. De un modo particular (distinto), Cristo está presente en los espacios de culto, en el mismo templo, en el sagrario que es la expresión de lo sagrado. Ciertamente, Cristo no está ni en Jerusalén ni en el Garizim de forma cerrada... Está en el universo entero que es su cuerpo, en toda la humanidad, en todos los lugares... Pero se puede hablar de lugares especiales donde se ha condensado su presencia, porque allí oran y se encuentran los hombres y mujeres que le invocan.
Xavier Pikaza
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Imágenes / Corpus Christi


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Corpus Christi / Presencia real

   


Esto es mi cuerpo entregado por ustedes.  

1 Corintios 11:24


El cazador de una tribu primitiva pide permiso al espíritu antes de matar.  Sabe que su vida depende de la vida de la presa, que los dos están vinculados por la sangre en una sola red de energía vital.  Los pastores originarios, antes de matar y faenar, le hacen cariño y agradecen al cordero.  A diferencia de otros animales domésticos, el cordero no arranca ni se queja.  Se entrega confiado en las manos del pastor que le cuelga de los pies traseros con la cabeza abajo, y le corta el pescuezo con compasiva experticia para que, con los últimos latidos del corazón, el bicho se desangre, quedando pronto para ser asado.  Es un rito sin violencia ni agresión, de eximio respeto. 

Lo usual es que, cada cierto tiempo, un cordero del rebaño entrega la vida para que puedan vivir los pastores.  El caso de un pastor que entrega la vida por su rebaño es inédito, salvo en la poesía cristiana, donde Jesús es retratado como el Cordero Pascual, como el pastor que se sacrifica, como el Rey que se deja matar para que sus súbditos puedan vivir.  Quienes quieran compartir el Cuerpo y la Sangre del Cordero inmolado debería primero participar en la faena de un cordero real, para aprender a respetar la muerte y reverenciar la vida entregada para los demás.  

La forma “correcta” de tratar la eucaristía es un tema de mucha discusión.  Algunos dicen que se recibe en la mano, otros en la boca; unos de pie, otros de rodillas.  Algunos sienten que deben tocar la custodia para encomendarse al Santísimo Sacramento, otros que no debe tocarse nunca.[1]  El detalle ritual, en verdad, no fue establecido por Jesús en la última cena.  El hecho de tocar con la mano o no, por lo demás, tiene una carga específica de acuerdo a cada cultura. 

El punto es crear un ambiente de reverencia, no solo formal, sino real, porque estamos en la presencia del amor en sí, de la vida resucitada que a todos resucita.  El error se hace evidente en quienes se acercan con la idea de conseguir algo para sí mismo.  Con la mano o con la boca, de pie o de rodilla, se percibe a veces la falta de reverencia, la inconsciencia de presencia real, en el “consumidor” que viene a procurar una ventaja personal o beneficio para sí mismo. 

La eucaristía es un banquete.  Eso no quiere decir que se está repartiendo papas fritas en un cumpleaños.  Está aconteciendo una cosa sumamente solemne, algo que se percibe con los ojos de la fe, con un corazón oyente.  El pueblo está entrando en comunión con la fuente misma de la vida.  Está tocando en el fondo del manantial desde donde procede el amor divino para toda la humanidad.  La consciencia de eso es mucho más que saberse una fórmula catequética; mucho más que observar el protocolo ritual indicada por la autoridad.  

El deseo de comunión se origina en el Señor.[2]  No es el pueblo que quiere comulgar, sino el Señor que quiere entregarse, hacerse parte de cada uno de una manera real, material, corporal.  El Cordero mismo se integra al cuerpo de cada uno, transformando un rebaño abandonado como ovejas sin pastor en pueblo consagrado, en cuerpo santo con misión de resurrección; de amar a los desamados, salvar a los perdidos y alimentar a los hambrientos. 

La pregunta  adecuada, signo de reverencia consagrada, no es, ¿qué debo recibir de este todopoderoso Dios?, sino, ¿qué puedo ofrecer al Señor que entregó su vida por mí?  La presencia real de Cristo resucitado en el cuerpo de cada uno es un motivo de respeto mutuo y fraternidad profunda.  A cada uno, le hace partícipe de la misión redentora.

La presencia real es una responsabilidad enorme.  Exige docilidad en el espíritu, disponibilidad en el alma y perseverancia en el cuerpo.  La teología protestante, quizás por eso, la eliminó hace cinco siglos.[3]  No es fácil vivir tan íntimamente vinculado a un amor que es más fuerte que la muerte.  Estremece y crucifica; da paz y valentía.  La entrega total del Cordero inmolado suscita en los suyos un deseo de respuesta total, sin pedir nada a cambio. 
Uno pasa por fuera de las iglesias protestantes camino a la misa cada domingo.  Cuando son fieles a la enseñanza de Lutero, acceden a Dios sólo por la palabra.  Sus iglesias no tienen altar y, para no caer en la superstición,[4] son austeros en lo ritual.  Leen la Biblia, predican y cantan.  Por lo general, predican con más seriedad que los católicos, y suelen cantar más afinados.  Sin embargo, se ven un poco huérfanos.  Viven en la esperanza de, algún día, conocer al Cristo vivo y presente, pero por ahora, el mundo protestante es pura quebrada oscura. 

En esta ostentosa solemnidad católica, el Cristo sale en procesión por las calles de la ciudad entre gritos y vivas de la turba feliz.  Su mirada bendice todo lo que ve.  En las culturas más secularizadas, donde la divina presencia real es prohibida por la ley, la procesión es limitada al interior del espacio religioso, pero con una intencionalidad expansiva.  Su mirada conciliadora debe caer sobre cada rincón oscuro, cada tragedia personal, cada alegría, tristeza y esperanza. 

Durante lo que resta del año, esa mirada compasiva es propia de los que viven en comunión con él.  El discípulo arde con la pasión de llevar la presencia real a los presos, los enfermos y los tristes; a los hambrientos, los marginados, y los olvidados.   


Nathan Stone sj

[1] Algunos jamás comulgan sin haberse confesado inmediatamente antes.  Otros (de acuerdo a la enseñanza de la Iglesia) solo se marginan de la comunión si realmente están en pecado mortal.
[2] Muchos católicos preguntan cuándo llegará el día para la ordenación de los casados y de las mujeres.  Creo que una urgencia pastoral exponencialmente mayor es resolver sobre un camino razonable de reconciliación para los católicos casados en segundas nupcias.  La Iglesia oriental tiene.  En occidente, sin embargo, viven marginados de la eucaristía de por vida.  Ni los asesinos son tratados con tanto rigor. 
[3] Algunas iglesias protestantes conservan la eucaristía, pero afirman sólo presencia simbólica: un recuerdo, sin ser realidad. 
[4] Especialidad de los católicos, con sus velas, inciensos y procesiones. 
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¡HISTÓRICO! Vaticano convoca a católicos de todo el mundo a rezar simultáneamente con el Papa.


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Jornada Mundial de la Juventud 2013


Ya puedes seguir a través de esta página mexicana todos los detalles, preparativos y agendas de la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará este próximo verano en Brasil.

¡YO SOY GENERACIÓN JMJ!
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Comunión de gracia

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu divino, 
al Dios que es, que era y que vendrá, 
por los siglos de los siglos.  Apocalipsis 1:8


Los simpáticos e perspicaces niñitos de South Park nos alegran la vida con sus observaciones inocentes, sorprendentes pero evidentes, dejando el emperador al desnudo una y otra vez.  Hay un episodio sobre la catequesis de primera comunión.  Cartman resume el contenido de su formación así: la hermana dice que hay que confesar tus pecados y comer galletas con vino.  Si no, te vas al infierno.  Luego, muere el Kenny violentamente.  De nuevo.[1] 

Aquí en el mundo real, suelen acontecer desentendimientos peores.  Quizás no es lo que la hermana dijo, pero es lo que el niñito entendió.  Seguimos con la idea de producir un discurso perfecto, sin considerar las tonteras que puede engendrar en las personas más ingenuas.  El mundo no es muy erudito.  Tenemos mucho que aprender de los primeros apóstoles

Humorista Don Novello, desde su personaje ficticio, Padre Guido Sarducci, explica para “los fieles” como es la cosa después de morir.[2]  Dice que todo quedó claro por la revelación de Fátima a los tres niñitos portugueses en 1917.  Vita est lavorum, dice la carta secreta, la vida es un trabajo.  Cuando te mueras, Dios te está esperando en la puerta del cielo con tu sueldo: un salario mínimo por cada día de tu vida, todo en efectivo.  Luego, tienes que pagar la tarifa de cada pecado cometido.  Es un negocio.  Si te queda dinero después de pagar tus pecados, entras al cielo.  Si no, vuelves a la tierra (como el pobre Kenny) para juntar más. 

Claro que es una caricatura burda, pero no está bromeando de las enseñanzas de la Iglesia, sino de las necedades que la gente tiene en la cabeza.  Es cómico porque la gente realmente cree alguna versión de eso. Muchos suponen que la actual cultura economicista es eterna, universal y determinada por Dios.  Como el pez no se imagina un mundo sin agua, el consumidor no se imagina la existencia sin compra y venta.  Eso complica la noción de la salvación en relación a la limosna.  En la tradición, el diezmo podría explicarse como una responsabilidad comunitaria, o bien, como un gesto solidario.  Para muchos, sin embargo, es una operación comercial.  Es para pagar los pecados y ganarse el cielo.

Durante la misa de la tarde el miércoles pasado en la catedral, entró un hombre joven con los bolsillos pesados de monedas.  Pasó a dejar algunas en la cajita de limosna a los pies de cada santo y al costado del Santísimo en el altar mayor.  Se persignó delante de cada imagen, y quedó por un minuto de rodillas en silencio delante del sagrario.  Era cuidador de autos.  Vive de las propinas.  Venía a agradecer por lo que había recibido ese día.  Dejó una limosna prácticamente insignificante para la gente más pobre que él.  Antes de salir, se mojó la cara con agua bendita.

Algunos se incomodaron, pues, el muchacho no estaba muy presentable y hacía caso omiso de la misa que estaba siguiendo su curso.  Sin embargo, nadie puede decir que faltaba el respeto.  Andaba con el sombrero en la mano.  Su devoción fue conmovedora.

Para los participantes regulares de la comunidad, en materia de limosna, tenemos el rito de los sobrecitos. Cada familia debidamente registrada recibe sobres con su nombre para dejar su ofrenda en la colecta.  Es una forma de reunir fondos dejando constancia de cuánto dinero entró y de parte de quién.  Se entiende que un porcentaje importante de ese dinero queda para auxiliar a los necesitados.  La idea es vivir como los primeros cristianos que compartían todo, (Hechos 2:44-45). Muchos participan con la misma devoción del joven cuidador de autos. 

Por otro lado, algunos creen que se están comprando el cielo. Hay pastores evangélicos que abiertamente dicen eso.  No obstante, la doctrina luterana afirma que la salvación es consecuencia de la gracia.[3]  En la iglesia católica, la gente aprendió a salvarse por sus obras.[4]  Pero la obra única, para muchos, es el sobrecito.  Muchos piensan que adquieren, además, el derecho a la felicidad (o bien, la prosperidad) en la tierra, y se sienten estafados cuando no resulta así.

A veces, se promueve el diezmo con promesas de riqueza personal y buena suerte para los contribuyentes, y amenazas implícitas de lo contrario para los demás.  El sistema económico está engullendo el evangelio.  Esclaviza a los hijos de Dios, cual ceremonioso faraón de antaño.  

De mi infancia, recuerdo el orden ceremonial como la máxima prioridad de mi formación para la primera comunión.  Hace poco, asistí a una misa de primera comunión en la cual, para mi sorpresa y consternación, los niñitos, todos peinados, perfumados y vestidos de blanco, salieron de sus lugares en filas rectas y silenciosas en el momento del ofertorio.  Creí que se habían equivocado sobre el momento de la comunión, pero no.  Ordenados por su catequista que parecía sargento, cada niñito entregó su sobrecito con dinero en la canasta de la colecta.

Eso no está en el ritual.  El motivo explícito era acostumbrarlos desde pequeño.  Sin embargo, ninguno de ellos trabaja que yo sepa; y quedaron con la idea de que la eucaristía se compra.  El domingo siguiente, se quedaron sin comulgar (e preocupados por su salvación eterna, como Cartman  en South Park) porque no podían conseguir dos reales para colocar en el sobre.

Hay que motivar la responsabilidad comunitaria en la Iglesia, y en especial, la solidaridad con los necesitados, a partir de la conciencia, y sin amenazas, siquiera implícitas.  De lo contrario, se distorsiona el evangelio irreparablemente.  Quienes se atreven a levantar el estandarte de Cristo y la Iglesia queda, a los ojos del mundo, como mafioso e hipócrita.    

La compra y venta del mercado no es el contexto propio de la relación entre Dios y la humanidad.  La salvación no acontece en el shopping center.  Hay que liberarse de esa presuposición, para poder entender el amor que gratuitamente perdona y rescata.  Hay que imaginar la comunión de fraterna al interior de la Santísima Trinidad, banquete a la cual la humanidad ha sido gratuitamente invitada. 


Nathan Stone sj
[2] http://www.youtube.com/embed/0AKvRvL5r3A?rel=0. Esta versión refuerza la ética puritana del trabajo.
[3] Santo Tomás, en el fondo, afirma lo mismo, Summa, I-II, 114, a. 
[4] Los que pretende salvarse por sus propios obras (merecer el cielo) incurren en la herejía pelagiana.
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Imágenes / Santísima Trinidad





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Centralidad del hombre



«La crisis actual no es sólo económica y financiera, sino que tiene sus raíces en una crisis ética y antropológica. Seguir los ídolos del poder, del provecho, del dinero, por encima del valor de la persona humana, se ha vuelto una norma básica de funcionamiento y el criterio decisivo de la organización. Se ha olvidado y se sigue olvidando que por encima de la lógica de los negocios, de la lógica y de los parámetros del mercado, está el ser humano y que hay algo que es debido al hombre en cuanto hombre, en virtud de su dignidad profunda: ofrecerle la posibilidad de vivir con dignidad y de participar activamente en el bien común. Benedicto XVI nos ha recordado que todas las actividades humanas, incluyendo la económica, precisamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada de manera ética (cfr. Encíclica Caritas in veritate, 36). Por lo tanto, tenemos que volver a la centralidad del hombre, a una visión más ética de las actividades y de las relaciones humanas, sin el temor de perder algo».

Papa Francisco 
25/05/2013
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Aborto: Piden a presidente de El Salvador que no ceda a presión en caso "Beatriz"



MADRID, 20 May. 13 / 12:28 pm (ACI).- La plataforma HazteOír lanzó una campaña de recolección de firmas para solicitarle al presidente de El Salvador, Mauricio Funes, que apoye con todos los medios médicos y sociales a "Beatriz", y no ceda "ante quienes quieren utilizarla para imponer el aborto a la sociedad salvadoreña".

"Beatriz" –nombre supuesto–, una joven embarazada de su segundo hijo, padece lupus y que lleva en el vientre a un bebé con anencefalia, es utilizada por el lobby del aborto en El Salvador para buscar la legalización del aborto en el país.

Los expertos del Instituto de Medicina Legal (IML) de El Salvador determinaron recientemente de forma unánime que "no hay una razón médica para suspender el embarazo", cosa promovida por organismos abortistas como Amnistía Internacional y Human Righ Watch.

A las organizaciones que buscan la legalización del aborto en El Salvador se ha sumado el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que implementó durante su gobierno la "Ley Aído" en España, habilitando la práctica de abortos durante las primeras 14 semanas de gestación.

En declaraciones a Canal 12, el director del IML, José Miguel Fortín, denunció que "se ha estado manipulando a la muchacha desde el principio y se están diciendo cosas que no son verdad y que Medicina Legal no puede acompañar", criticando que a "Beatriz" quienes promueven el aborto le dijeron que "está sometida al riesgo de morir si no se decide a sacar el niño, (pero) no se le ha informado respecto a alternativas a este procedimiento".

"No es cierto lo que le han dicho, no es cierto que esté en riesgo inminente, no es cierto que vaya a mejorar si se le saca al niño y no es cierto que El Salvador es un estado talibán", aseguró el director del Instituto de Medicina Legal.

En la carta que dirige HazteOír al presidente de El Salvador, se le recuerda que "es posible, y es justo, cuidar de 'Beatriz' y dejar nacer al hijo que espera. Esta joven necesita toda la ayuda del sistema de Salud de El Salvador para curarse de las dolencias que padece".

"No es cierto que sean incompatibles con la vida del bebé. Es falso que 'Beatriz' tenga un dilema entre su vida y la de su hijo. Ambas pueden y deben salvarse", asegura la plataforma pro-vida.

La misiva de HazteOír subraya además que "un aborto es siempre un acto violento y cruel que sólo causaría daño a 'Beatriz'".

"Por favor, señor presidente, apóyela con todos los medios médicos y sociales y no ceda ante quienes quieren utilizarla para imponer el aborto a la sociedad salvadoreña".

HazteOír invita a firmar este mensaje, pidiéndole a Mauricio Funes "que no ceda a la manipulación y las presiones para convertir el caso de 'Beatriz' en la puerta al aborto en este país iberoamericano".
Para firmar la carta para el presidente de El Salvador, puede ingresar a: http://www.hazteoir.org/alerta/51572-firma-cuide-beatriz-deje-nacer-su-hijo
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Mochila para las dificultades


Kant sentenciaba que “tres cosas ayudan a sobrellevar las dificultades: la esperanza, el sueño y la risa”.
La esperanza parte de un presupuesto básica: aún no se ha escrito la última palabra, y el triunfo del bien se anticipa en la historia.
El sueño es el aroma que perfuma el alma en su andadura histórica y genera en ella el convencimiento de que cada momento es la oportunidad para empezar de nuevo.
La risa es el arte supremo de reírse de uno mismo y compartir las alegrías de la vida con los demás, aunque sea en situaciones adversas y tristes.
Conozco personas que han vivido situaciones horribles y lo único que le han hecho permanecer íntegros han sido la esperanza, el sueño y la risa.

Francisco Baena Calvo
periodistadigital.com

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Imágenes / Pentecostés




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Pentecostés eclesial



¿SE PODRÁ HABLAR DE UN PENTECOSTÉS ECLESIAL DE FRANCISCO?
¿PODRÁ SOLTAR FRANCISCO LA PALOMA DE LA LIBERTAD, COMO LA SOLTÓ NOE TRAS EL DILUVIO?

¿En qué sentido se podrá hablar de Francisco como el Papa de la Paloma, no de la paloma mágica de truco de algunos malabaristas, sino de la Paloma del Pentecostés del Dios de Cristo?

Xabier Pikaza
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Pentecostés C - Estafado


Se alguien tiene sed, venga a mí y beba.  De aquél que cree en mí, lo dice la Escritura, 
fluirán ríos de agua viva.  
Juan 7:37-38  (Pentecostés, Misa de la Vigilia)

La mentalidad consumista ya no es ni idea ni teoría.  Hoy por hoy, es un componente en la identidad de cada sujeto.  Ya no existen las personas, ni los fieles ni los ciudadanos.  No se habla de pueblo, nicomunidad, ni nación.  El sujeto es un consumidor y pertenece a un mercado

En el portfolio de Andy Warhol hay una serie de bocas abiertas.  Creo que estaba retratando al sujeto moderno en toda su deplorable pobreza.  Junto a las bocas, puso latas de sopa, botellas de Coca-Cola e imágenes de mujeres lindas, entre ellas, la más espectacular, Marilyn Monroe.  Así es la dieta del consumidor.  Pronto se muere obeso y desnutrido. 

Recientemente, en su bienvenida a los embajadores extranjeros ante la Santa Sede, el Papa Francisco les animó a hacer una reflexión sobre el sistema económico.  Dijo que las ideologías más radicalmente favorables al libre mercado han creado una nueva, invisible, y a veces virtual tiranía.  Los seres humanos sonconsiderados como bienes de consumo.[1] 

El consumidor es también un consumido.  La pandemia de drogadicción es emblemática de eso.  Si es así, tampoco nos debe extrañar el aumento en tráfico humano: personas secuestradas, envasadas y vendidas para el consumo de maneras inimaginablemente horribles.  Hemos tótemizado el consumo.  Le rendimos homenajes y le ofrecemos sacrificios.

Cuando un consumidor entra en la Iglesia para ser confirmado en la fe, entiende los dones del Espíritu Santo[2] como productos para su adquisición que le otorgan un valor agregado.  Con un poco de vanidad, cree que después de la imposición de manos y unción episcopal, va a ser más sabio, inteligente y fuerte.  Espera encontrarse transformado en santo, entendido y habilitado para aconsejar a los demás con sagrada autoridad.  Se han conocido casos en que el confirmado deja de estudiar para el examen que tiene el viernes creyendo que el Santo Espíritu le va a explicar las complejidades de la matemática en plena prueba. 

Cada año, en Pentecostés, el consumidor espera renovar la subscripción.  No va a recibir los dones del Espíritu para usar en bien del Reino, sino a conseguir cualidades rentables para sí mismo.  Está comprando la superación personal, todo enmarcado en el cuadro de recompensa (para los clientes preferidos) y retribución(para los demás).  El evangelio ha sido secuestrado.  La catequesis refuerza el error, instruyendo exclusivamente sobre cielos, infiernos y mandamientos.[3]

En todo caso, el católico consumidor va corriendo a gran velocidad hacia un precipicio, del cual se va a lanzar junto con toda la manada de cerdos poseídos que van con él.  Un día cualquiera, le va a acontecer alguna desgracia.  Será grande o pequeña.  Podrá ser un accidente, una enfermedad o la muerte de un ser querido.  Podrá ser un fracaso académico o la novia que se fue con el otro.  Llorará de rabia, porque se sentirá estafado.  Hizo todo correctamente; participó en la misa, no faltó a ninguna reunión, ya no dice groserías, se esfuerza por vivir en castidad, entrega sus tareas a tiempo, no toma ni fuma y, ¿a él le acontece esta desgracia?  El Gran Repartidor de Beneficios no respeta al consumidor.  Este hijo de Dios va a la Iglesia ahora, no para suplicar favores rentables para sí, sino para poner su reclamo, como si fuera SERNAC.[4]

El consumidor de la religión católica tarde o temprano se siente estafado porque el producto que se compró con tanto sacrificio fue representado de una manera (por los evangelizadores autorizados pero incompetentes) y resultó de otra.  Cree haber alcanzado una vida exitosa para ahora, y una suite con buena vista en el cielo para después, pagando en cuotas con rezos, misas y penitencia, toda la vida.  Los másprogresistas y audaces creen que se han ganado el cielo ayudando a los pobres, pero no por amor, sino a cambio de la recompensa.[5] 

El consumidor se siente engañado porque le sucedió lo mismo que sucede a todos en esta vida.  Pasan cosas buenas y cosas malas, y está indignado.  No ha podido salir de la lógica del consumo.  Está atrapado en Egipto, haciendo ladrillos para el Faraón, y no tiene idea que esa no es la Tierra Prometida, y no va a manar leche y miel, nunca.

Buena noticia ha de ser proclamada desde lo alto, en la plaza pública: Joven, eres más que una boca de Andy Warhol.  La vida es más que Coca-cola y Marilyn Monroe.  Puedes salir de Egipto para entrar en el Reino.  Ya no habrá más consumidores ni consumidos, sino solo hermanos y hermanas en Cristo.  El Espíritu no es un programa de auto-superación.  Los dones no se compran, se reciben.  Son gratuitos.  Son para evangelizar a los demás, amando como Cristo amó.

Cuando recibes el don gratuito del Espíritu, transformará tu vida en un regalo interminable para los demás, un río de agua viva que fluye desde tu interior para dar vida al desierto; para rescatar a la multitud abandonada y sedienta de amor.  Ven, Espíritu Santo.  Líbranos del consumo tótemizado para que nuestra vida sea don de buenas nuevas para el pueblo. 

Nathan Stone sj


 [2] El profeta Isaías solo menciona seis, (11:1-2).  La tradición medieval agrega otro más por la obsesión con la simetría numerológica.  En el evangelio, Jesús no habló de dones, sino del Espíritu mismo que es uno solo. 
 [3] El sacramento de la reconciliación quedó como un trámite bancario, para actualizar el balance.
 [4] Servicio Nacional del Consumidor, Chile.
 [5] En la práctica, en las obras de caridad realizadas en provecho propio (aunque sea provecho celestial), los resultados son irrelevantes.  Muchas veces, solo causan problemas mayores

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MAY FEELINGS: 15-M


https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=VuaiNaoiPYs

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Actuar “como si”



El filósofo alemán Hans Vaihinger (1852-1933) fue conocido especialmente por su filosofía del “como si” (Philosophie des Als Ob). Según él, todos nosotros, al no conocer realmente la realidad subyacente, construimos sistemas de pensamiento y nos comportamos “como si” el mundo encajara en nuestros modelos. Esta actitud que el filósofo alemán ejemplificó con casos de la física, se puede aplicar también a toda la vida: muchas veces actuamos “como si”.

También en nuestros días muchos actuamos “como si”: vivimos como si no hubiéramos de morir nunca; explotamos el planeta Tierra como si fuera una realidad eternamente renovable; comemos y reímos como si nadie en el mundo pasase hambre ni llorara; nos sentimos felices como si todo el mundo gozase de la sociedad del bienestar; aceptamos ciegamente la modernidad ilustrada o la postmodernidad como si fuesen algo absoluto e incuestionable; defendemos el modelo actual de sociedad occidental como si fuese el mejor modelo posible; en fin, caminamos por la vida como si Dios no existiera.

Pero ¿y si Dios existiera? ¿Y si gran parte de la humanidad viviese a niveles de sobrevivencia? ¿Y si grandes multitudes pasaran hambre y lloraran? ¿Y si los recursos de la Tierra se fueran agotando y destruyendo? ¿Y si tanto la modernidad como la postmodernidad no fuesen algo definitivo? ¿Y si el modelo de sociedad occidental no fuese el único ni el mejor posible? ¿Y si un día nos llegara la muerte?
Tendríamos que vivir de forma alternativa al “como si”: como si hubiéramos de morir, como si fuéramos un islote de bienestar en medio del océano, como si los recursos naturales y la bio-esfera estuviesen en grave peligro, como si hubiera otros modelos diferentes de la sociedad occidental, en fin, como si Dios existiera.

Seguramente entonces nuestra vida sería más real y auténtica. Para ello hemos de despertarnos del letargo de falsa inocencia y enfrentarnos a la realidad. Aunque de momento esto nos duela, a la larga nos haría más humanos y nos haría resucitar a la vida verdadera. Solo así sintonizaremos con el proyecto amoroso de Dios para con la creación y para con toda la humanidad.

Víctor Codina, sj
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VII Dom Pascua C - Sindicalismo



Ustedes serán testigos de todo eso.  
Lc 24:48

Hace ya más de un siglo, la fuerza en la unidad trabajadora se hizo sentir.  El pueblo unido jamás será vencido.  Así se decía, pero no era completamente cierto.  La unión ayuda, pero a veces, por más unido que sea, el pueblo queda descuartizado por la potencia mayor de un sistema económico cuyo objetivo prioritario no es el bienestar universal de la humanidad.  Hoy en día, de todos modos, el sindicalismo se reconoce como una cosa buena, porque representa y defiende los intereses del trabajador ante la fuerza fría y aplastadora de la todopoderosa empresa. 

Yo conocí a Don Clotario Blest, sindicalista católico de Chile.  Se había dedicado la vida entera, incluyendo consagración en el celibato laical, para mejor servir en la causa de los trabajadores.  Tiempos aquellos, Don Clotario le hacía la competencia a Luis Emilio Recabarren, fundador del Partido Comunista.  Luis Emilio también se dedicó a defender los derechos de los trabajadores a través de la formación de sindicatos. 

Los sindicatos comunistas se basaban en una percepción filosófica de la dignidad del hombre.  Los sindicalistas católicos entendían que la dignidad de hombre proviene de la bondad de Creador.  En los dos casos, se trataba de buenas nuevas para el pueblo oprimido.  No hacían sólo huelgas y marchas.  Dedicaban tiempo a la formación de los trabajadores para que fueran competentes, informados y honestos.  Don Clotario decía que el deporte era la mejor manera de entrar.  Los muchachos venían por la pelota, y se quedaban militando por un mundo mejor. 

Cuando yo conocí a Don Clotario, el sindicalismo chileno estaba pasando por un mal momento.  Era 1980.  Los sindicatos y partidos políticos fueron declarados subversivos y disueltos por el gobierno militar.  Don Clotario vivía en una casa antigua con muchos gatos cerca de Avenida Matta.  Estaba muy viejo para comenzar todo de nuevo, pero cuando marchaba por las calles de Santiago para reclamar el derecho a vida digna para todos los chilenos, con sus ochenta y tantos años a cuestas, hasta los carabineros le respetaban.  Murió pocas semanas después del retorno de la democracia, en 1990.  El sindicalismo de ahora no es lo mismo.

A partir del Concilio, la Iglesia heredó un estilo derivado del sindicalismo.  Lumen Gentium (1964) recalcó que la institución encomendada por el Señor no es una gerencia de autoridad para mandar, sino una asamblea santamente inspirada.  Antes, predominaba la imagen eclesial del Cuerpo con Cristo a la cabeza comunicando su autoridad a la jerarquía.  Los medios informativos todavía asocian la Iglesia exclusivamente con la jerarquía. 

Después del Concilio, se recuperó la antigua noción de la Iglesia como el pueblo de Dios; una raza escogida, salvada y misionera.  Iguales en su dignidad, cada bautizado es piedra viva en el templo santo y único, sin muros ni fronteras.  Renació la noción de Iglesia como comunidad.
Al mismo tiempo, los sindicatos laborales vaporizaron por la epidemia de dictaduras militares.  El espacio donde un ciudadano podía participar; donde su opinión podría ser considerada, respetada y valorada; migró a la Iglesia.  Con profundo respeto por el sindicalismo (yo pertenecía a un sindicato hasta mi ingreso al noviciado), creo que el modelo sindical no ha dado buen resultado en la Iglesia.  Es otro mundo completamente.  Igual, la confusión revela un error de concepto más profundo. 

El objetivo de la empresa es ganar lo más posible.  Por eso, paga al trabajador lo menos posible.   El trabajador depende de la empresa para sobrevivir.  Quiere conquistar un buen nivel de ingresos y beneficios, y luego defender lo conquistado.  No lo puede hacer solo.  El sindicato existe para defender los intereses de sus integrantes de los intereses contrarios de la empresa. 

La comunidad cristiana depende del Creador en su todopoderosa providencia, como el trabajador depende de la empresa.  Sin embargo, el Creador no es un empresario.  No existen intereses contrarios.   El Padre sólo quiere cosas buenas para sus hijos, así en la tierra como en el cielo.  Cuando la comunidad cristiana actúa en forma sindical, puede ser por la costumbre adquirida en otro contexto.  También, puede ser porque cree que debe defenderse de los intereses de Dios.[1]  Si la Iglesia actúa como sindicato, está suponiendo que Dios es tacaño, distante y vengativo.  El pueblo sindical cree que Dios no es bueno.

Una consecuencia del sindicalismo eclesial es que fomenta la comunidad cerrada.  Si la comunidad se reúne para defender sus intereses, no le conviene repartir los beneficios con quienes que no pertenecen al sindicato.  Si los favores celestiales son limitados, sólo alcanzan para los miembros.  Ahí, se acabó la infinita misericordia y se murió la evangelización. 

La comunidad cristiana se reúne y recita textos y rezos que expresan sus intereses.  La lectura oral de conjunto es propia de los niños que están aprendiendo a leer.  Pero se practica en las comunidades cristianas bajo el pretexto de que “es el método participativo de Paulo Freire”.[2] 

Freire se indignaría.  Leer todos juntos, aunque sea encíclicas y mensajes episcopales, parece lavado de cerebro.  Evoca los encuentros masivos del nazismo y las marchas para apoyar al Compañero Mao.  En los sindicatos comunistas, se cantaba La Internacional Socialista[3] así, todos juntos, con los ojos cerrados y mucha fe, para que no hubiera divergencias.  El modelo fracasó igual, pero se creaba la ilusión de unidad.  La Iglesia pretende algo más que una ilusión.

Si cada criatura heredó la dignidad e inteligencia de su Creador, puede formular su propia idea, y entrar en diálogo respetuoso con los que piensan otra cosa.  La comunidad discerniente, a través de su oración compartida, puede llegar a conocer e implementar la voluntad de Dios en el servicio del pueblo.  La divergencia es importante para acertar en la voluntad divina y servir mejor. 

Creo que el pueblo se imagina un Dios distante, como empresario que vive en otro barrio, (u otro país), y que no le importa lo que sucede en el mundo real de sus trabajadores.  No es así. 
Jesús no sube a las alturas porque ya se aburrió con nosotros, sino para fortalecer el vínculo íntimo de la humanidad con la providencia misericordiosa del Padre.  Las comunidades de fe no existen para reclamar sus derechos.  Eso es aberrante.  Jesús Resucitado y sentado a la derecha del Padre es un poderoso intercesor ante la infinita compasión del Padre.  

Hace poco, participé en una jornada vocacional en la cual un monitor dijo que Dios ya no se comunica ahora como antes, cuando hablaba a María, a Pablo y a los profetas; y que por eso, ahora la gente tiene que adivinar su llamado, y luego, dar su vida en oblación sin la certeza de que eso era, en verdad, su llamado.  Encontré ridículo.  Si conocieran a Dios como los santos de antaño lo conocieran, nadie se estaría haciendo sindicato para defenderse de él.  Estarían haciendo Iglesia, para dar sus vidas al servicio de su causa en beneficio de toda la humanidad. 

 Nathan Stone sj


[1] Algunos creen que se tienen que defender de los intereses contrarios de la jerarquía. 
[2] Claramente, más común en Brasil, donde sigue en la huelle, no de Freire, sino de Axe bahía.
[3] Arriba, parias de la Tierra! ¡En pie, famélica legión! Atruena la razón en marcha: es el fin de la opresión.
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VII Domingo de Pascua


Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? 
El mismo Jesús que os dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse.
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47 JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES



10 PUNTOS SOBRE EL MENSAJE DE BENEDICTO XVI
PARA LA 47 JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES

1. Estos espacios, cuando se valorizan bien y de manera equilibrada, favorecen formas de diálogo y de debate que, llevadas a cabo con respeto, salvaguarda de la intimidad, responsabilidad e interés por la verdad, pueden reforzar los lazos de unidad entre las personas y promover eficazmente la armonía de la familia humana.

2. El desarrollo de las redes sociales requiere un compromiso: las personas se sienten implicadas cuando han de construir relaciones y encontrar amistades, cuando buscan respuestas a sus preguntas, o se divierten, pero también cuando se sienten estimuladas intelectualmente y comparten competencias y conocimientos. Las redes se convierten así, cada vez más, en parte del tejido de la sociedad, en cuanto que unen a las personas en virtud de estas necesidades fundamentales. Las redes sociales se alimentan, por tanto, de aspiraciones radicadas en el corazón del hombre.

3. Los medios de comunicación social necesitan del compromiso de todos aquellos que son
conscientes del valor del diálogo, del debate razonado, de la argumentación lógica; de personas que tratan de cultivar formas de discurso y de expresión que apelan a las más nobles aspiraciones de quien está implicado en el proceso comunicativo.

4. Las redes sociales deben afrontar el desafío de ser verdaderamente inclusivas: de este modo, se beneficiarán de la plena participación de los creyentes que desean compartir el Mensaje de Jesús y los valores de la dignidad humana que promueven sus enseñanzas.

5. La capacidad de utilizar los nuevos lenguajes es necesaria no tanto para estar al paso con los tiempos, sino precisamente para permitir que la infinita riqueza del Evangelio encuentre formas de expresión que puedan alcanzar las mentes y los corazones de todos.

6. En las redes sociales se pone de manifiesto la autenticidad de los creyentes cuando comparten la fuente profunda de su esperanza y de su alegría: la fe en el Dios rico de misericordia y de amor, revelado en Jesucristo.

7. Para quienes han acogido con corazón abierto el don de la fe, la respuesta radical a las preguntas del hombre sobre el amor, la verdad y el significado de la vida -que están presentes en las redes sociales- se encuentra en la persona de Jesucristo.

8. Las redes sociales, además de instrumento de evangelización, pueden ser un factor de desarrollo humano.

9. Debe de haber coherencia y unidad en la expresión de nuestra fe y en nuestro testimonio del Evangelio dentro de la realidad en la que estamos llamados a vivir, tanto si se trata de la realidad física como de la digital. Ante los demás, estamos llamados a dar a conocer el amor de Dios, hasta los más remotos confines de la tierra.

10. Rezo para que el Espíritu de Dios os acompañe y os ilumine siempre, y al mismo tiempo os bendigo de corazón para que podáis ser verdaderamente mensajeros y testigos del Evangelio. «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación» (Mc 16,15). sentido de la vida, de la felicidad y, en definitiva, de Dios. Recordamos algunas importantes misiones ciudadanas, el «Atrio de los gentiles», la Misión Continental, etcétera.
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De turismo por el Vaticano


La Capilla Sixtina puede visitarse en:
La Basílica de San Pedro puede visitarse en:
La Basílica de San Pablo Extramuros puede visitarse en:
La Basílica de San Juan de Letrán puede visitarse en:
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Platos cayendo

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Valentía apostólica



"Pablo nos enseña este camino de evangelización porque lo hizo Jesús, porque es muy consciente de que la evangelización no es hacer proselitismo: está seguro de Jesucristo y no tiene necesidad de justificarse ni de buscar razones para justificarse. Cuando la Iglesia pierde esta valentía apostólica se convierte en una Iglesia quieta, una Iglesia ordenada, bella, todo bello, pero sin fecundidad, porque ha perdido el coraje de ir a las periferias, donde hay tantas personas víctimas de la idolatría, de la mundanidad, del pensamiento débil…tantas cosas. Pidamos hoy a San Pablo que nos dé este coraje apostólico, este fervor espiritual, de estar seguros. ‘Pero Padre, podemos equivocarnos…’. ‘Adelante si te equivocas, te levantas y sigues: este es el camino’. Los que no caminan para no equivocarse, comenten un error mayor. Así sea”.

Papa Francisco

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