Ocho formas de presencia eucarística de Cristo


1. Está presente en la celebración, es decir en el rito, realizado en nombre de Jesús, por los representantes de la comunidad (obispos, presbíteros, celebrantes). El rito es presencia actuante, y en ella se incluye el “mito”, es decir, la narración que evoca el sentido de esa presencia. Un rito que no hace presente aquello que evoca está muerto… Un rito no se puede razonar, demostrar. Si se razona y explica no es rito, es otra cosa. Desde el principio de la humanidad existen ritos de diverso tipo, especialmente sacrificios en los que expresa lo sagrado (sacrum-fácere), en los que se hace presente Dios. Dios no es alguien a quien se demuestra, sino alguien a quien se hace presente, al evocarle y al llamarle, en gestos (ritos).
2. Está presente en la palabra, de llamada, de diálogo y consuelo, e revelación, es decir, en eso que se ha llamado desde el antiguo el “mito”, que es la palabra original en la que se cuenta la acción-presencia de Dios… Éste es la palaba que hace presente lo que dice. La verdadera palabra no deja lo dicho fuera, lejos, sino que lo acerca, lo hace presente. La palabra dice lo que parecía estar lejos, el que encuentra las palabras de Dios, ése lo hace presente. Ésta es la novedad cristiana: Jesús se atreve a hablar y habla en nombre de Dios, al prometer y al curar, al anunciar el Reino y al ir regalando su vida al servicio del Reino. La Presencia originaria de Dios se hace Palabra que los hombres pueden escuchar, que siguen escuchando a través del Evangelio.
3. El Dios de Jesús está presente en la Palabra de la comunidad, es decir, en la Palabra activa que asume el recuerdo de Jesús y que se compromete a vivir conforme a ese recuerdo. En ese sentido, la comunidad puede asumir y asume la palabra de Jesús, hablando en su nombre, diciendo su nombre “esto es mi cuerpo”. La comunidad de los creyentes “dice” por tanto la palabra de Dios, es Dios hecho palabra, es decir comunicación… Esa misma palabra (memorial: Esto es mi cuerpo) es la presencia, como certeza, como llamada, como participación. El mismo gesto (rito) de la comunidad que se reúne, que recuerda a Jesús, dice su Palabra, y toma en nombre el pan y el vino es Presencia de Dios. La presencia más honda en esta línea es el rito (es decir, la celebración), centrado en el pan y el vino… como signo del recuerdo-presencia de Jesús.
4. Está presente en el pan y el vino consagrados, es decir, en las “especies eucarísticas”, que son dos signos básicos de la vida humana, vinculados a la comida compartía y la fiesta, en el ámbito mediterráneo en el que vivió Jesús y nació el cristianismo. La disputa teológica medieval y posterior sobre la Eucaristía (de la que hablaré mañana o pasado) se ha centrado en estos signos, insistiendo en la necesidad de que el pan sea pan y el vino sea vino… distinguiendo accidentes, substancia y transubstanciación, ha sido y es muy importante, pero no puede monopolizar el tema. Esa presencia “en las especies sacramentales” resulta esencial, pero no se puede separar de las otras presencias.
5. Está presente en los pobres y necesitados, en la línea de Mt 25, 31-46… y de las multiplicaciones (alimentaciones) de los evangelios. No se puede hablar de presencia en el rito y la palabra, en la celebración y en la comunidad… si no se pone de relieve la especial presencia de Cristo en los necesitados y los pobres, con los que hace el camino de la vida, en búsqueda de Reino. Si la comida no es comida abierta a los pobres no puede ser comida eucarística.
6. Está presente en los “viatores”, es decir, en los caminantes de la vida. En ese sentido, la Eucaristía es Viático, para el camino de la Vida, para la Resurrección. En esa línea, desde el principio (ya en san Pablo) la eucaristía está vinculada de un modo especial con los enfermos, y aparece como garantía de vida, en este mundo y sobre todo en la culminación del Reino. En ese sentido (repito), le Eucaristía es viático, es pan de camino, es gesto de entrega hasta la muerte.
7. Cristo está presente en el conjunto de la Iglesia y de un modo especial en los que ayudan a los pobres, en los que dan de comer..., Le Eucaristía es un compromiso de de presencia y transformación humana, para que crezca el Cuerpo de Cristo… Está presente en la comunidad que se ama, es decir, que comparte la vida (allí donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, estoy yo….; en esto conocerán que sois mis discípulos, en que os amáis unos a otros). En ese sentido, la Eucaristía es el alma de la Iglesia, la forma de presencia de Cristo en la comunidad de sus discípulos y seguidores y, por ellos, en la humanidad entera, que es cuerpo del Mesías.
8. De un modo particular (distinto), Cristo está presente en los espacios de culto, en el mismo templo, en el sagrario que es la expresión de lo sagrado. Ciertamente, Cristo no está ni en Jerusalén ni en el Garizim de forma cerrada... Está en el universo entero que es su cuerpo, en toda la humanidad, en todos los lugares... Pero se puede hablar de lugares especiales donde se ha condensado su presencia, porque allí oran y se encuentran los hombres y mujeres que le invocan.
Xavier Pikaza

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